Las orquídeas son de las plantas con flor que más gustan. Sus flores salidas de esos tallos largos son hermosas y cuando no florean, sus hojas también tienen lo suyito.

No podemos negar que es una planta caprichosa, muy caprichosa. Pero con conocerla será suficiente para poder tenerla en casa y que viva feliz y hermosa siempre.

Le gusta vivir en un lugar con muy buena iluminación, pero cuidándola de los rayos de sol directos. Lo mejor es que, la ubiques cerquita de una ventana con cortina delgada para que la luz entre, pero no la queme. O bien, lejos de la ventana, pero en un espacio muy bien iluminado.

Es muy importante que la maceta de tu orquídea sea transparente. Pues sus raíces se alimentan también de la luz. Puedes ponerla en una maceta decorativa pero no la cambies de la suya transparente para que puedas sacarla de la decorativa de vez en cuando a tomar un poquito de sol.

En cuanto a su riego, debe ser abundante pero espaciado. Es decir, suficiente agua pero una vez por semana. La maceta en la que viva tu orquídea debe tener buen drenaje, de lo contrario, sus raíces podrían pudrirse. Se recomienda que la sumerjas en agua por 10 minutos. Sólo la maceta, hasta antes de tocar las hojas. Luego déjala escurrir para eliminar el exceso de agua. Le gusta que la pulverices una vez por semana.

Tip: Nunca mojes el centro de la planta. Lo odia.